sábado, 26 de julio de 2008

Erra...tum

Tximost se apartó de la pantalla al tiempo que conmutaba sus circuitos sobre “stand-by”. Le parecía extraño sentir una sensación que sus creadores en el lejano Amansa habrían llamado fatiga, pero era cierto que su tarea ininterrumpida en este lugar, ponía a prueba su capacidad de máquina casi perfecta. Sus circuitos le permitían poder analizar todos los datos que sus “compañeros” de equipo hacían llegar al laboratorio base, construido cuando llegaron a este planeta. Posiblemente eran todos esos datos referentes a este lugar vacío y muerto, que se iban acumulando en sus memorias centrales, los responsables de esa sensación en Tximost.
Su “cerebro” frío y mecánico había sido preparado para recibir y comparar datos, sacar conclusiones, dirigir a las demás máquinas, etc. En el fondo, él suponía que la curiosidad no debía ser parte de las tareas que le habían asignado y sin embargo, si sus horas de análisis se alargaban más allá de sus limites técnicos, (necesitaba regenerar su energía funcional), era probablemente porque la incógnita que representaba este planeta muerto y las circunstancias de su muerte aguzaban su curiosidad.
Varias veces había repasado por sus circuitos analizadores los datos acumulados en los tres ciclos temporales que habían transcurrido desde su llegada y demasiadas incógnitas quedaban aún por resolver para poder determinar, con la fiabilidad exigida por sus amos, quien habitaba el planeta, en que grado de evolución se encontraban sus seres y qué causó su destrucción, de un modo tan absoluto.
Probablemente la curiosidad que sentía no era mas que el reflejo de la que experimentaba su programador en la lejana Amansa. Tximost sintió un cierto orgullo de máquina, al evaluar su superioridad estructural sobre sus creadores; ellos no hubieran podido llegar a este lugar desolado y llevar a cabo la misión que él estaba ejecutando con clara brillantez. Sus necesidades físicas y la distancia que separaba su mundo de este, habían forzado a sus amos a crearlo a él y a sus semejantes. ¿Y que fue, si no curiosidad, con ciertos matices, lo que surgió cuando la sonda espacial trajo consigo aquel objeto distorsionado por su singladura en el espacio? Supusieron con cierta lógica que seres inteligentes lo habrían lanzado al cosmos. Los datos que se pudieron descifrar después de innombrables análisis están impresos permanentemente en mis circuitos y no necesito apenas llamarlos a pantalla. Los tengo como horizonte o como el fin último de mi empresa.
Lo que mis creadores consideraron el nombre del lugar de procedencia del objeto: “ERRA,” estaba grabado en mayor tamaño al resto de los símbolos, su descentramiento sobre la superficie que originalmente pudo ser rectangular, les hizo suponer que algún signo podía haberse borrado de esa palabra, del mismo modo que otros, que aparecían parcialmente erosionados en la superficie del objeto.
La situación del supuesto planeta junto a otros, con sus respectivas órbitas alrededor de su estrella, también estaba reflejado en un esquema y dio las claves a nuestros mejores criptógrafos para determinar que se trataba de OZOL-HEMI-O, catalogado en nuestros mapas cósmicos como estrella en decadencia marcada. Unos dibujos muy desgastados por las inclemencias del viaje que aparecían a continuación, fueron interpretados como la descripción de los seres mayores de ERRA, posiblemente responsables de su estado actual. Sus formas hicieron pensar a mis amos que se asemejaban bastante a mi “compañero” HO-BLONG-HO, maquina robot creada para prospecciones en lugares particularmente angostos. Gracias a HO-BLONG-HO, disponemos hoy de un material que nos puede aclarar muchas incógnitas, pero ya os hablaré más tarde de ello.
Volviendo a los esquemas en la superficie del objeto, sorprendió que fueran dos las figuras representadas e inmediatamente se pensó que debía tratarse de dos mitades de un conjunto. El desgaste sufrido por el objeto no permitía observar los detalles de su diferencia o determinar con seguridad si las diferencias visibles eran el resultado de alteraciones, fruto de choques con pequeños objetos en su deambular por el espacio. Con todo ello la duplicidad de las imágenes permanecían un misterio.
¿Estaban estos seres formados por dos mitades que podían separarse a voluntad o por el contrario su aspecto sería tal y como aparecía en los gráficos?: cuatro extremidades superiores y cuatro inferiores. Un miembro del comité científico sugirió que se podía tratar de seres muy primarios que necesitaban el uno del otro para ciertas actividades y que fueran autónomos para otras. La sugerencia fue prácticamente rechazada al plantearse la siguiente pregunta: ¿Qué actividades podían disociarse en una tarea global? Si de hecho la idea no fue abandonada del todo fue probablemente porque otro miembro del grupo de estudiosos expuso que si los seres eran tan jóvenes, evolutivamente hablando, cabía pensar que su sistema de reproducción se basara en dos partes complementarias. Tales casos se habían encontrado en seres muy primarios de otros planetas explorados en el pasado, de los cuales se guardaba información en los archivos de la prehistoria.
Nuestra expedición fue planeada con mucha curiosidad, que duda cabe, pero se hubiera anulado cuando detectamos durante nuestro viaje que un cataclismo de grandiosa magnitud se desarrollaba en ERRA, supongo que de no haber estado tan cerca de nuestro destino, nuestros amos hubieran interrumpido la misión.
Al principio nuestros sensores detectaban una tal actividad desintegradora que llegamos a la conclusión de que algún fenómeno de carácter cósmico estaba transformando el planeta. Su tamaño aumentó sensiblemente gracias a lo que ahora sabemos era una espesa nube de polvo y partículas resultantes de un sinfín de explosiones que, suponemos, cambiaron el aspecto superficial del planeta.
Tuvimos, a nuestra llegada, que orbitar durante dos ciclos temporales enteros, durante los cuales las condiciones atmosféricas no permitían el acercamiento. Aún después, la atmósfera estaba tan cargada que hubiera resultado irrespirable para cualquier ser orgánico.
Supongo que mi incapacidad para las emociones me sirvió ante la desolación que presenciamos en ERRA. Las temperaturas en el momento de las explosiones debieron ser altísimas a tenor del estado de los minerales superficiales bajo la capa de polvo y cenizas. Todo parecía haber sido homogéneamente fusionado y harían falta muchos ciclos temporales para analizar los materiales fundidos y determinar así, de que materias primas disponían los seres de este lugar.
Cuando pudimos descender, escogí una zona cercana al elemento líquido donde detectamos una inmensa grieta, una falla mas bien, en la superficie del planeta, que de forma longitudinal separaba la materia hasta donde alcanzaba nuestra visión telescópica. En realidad la seguimos durante la mitad de un ciclo menor en el que OZOL-HEMI-HO brillaba y decidí descender en un lugar en donde los análisis de la ceniza mostraban un alto porcentaje de materias orgánicas carbonizadas, suponiendo que existió allí, una alta concentración de seres de ese planeta.
Aquí estamos desde entonces. No parecía posible encontrar materiales que nos despejaran la inmensa incógnita de este lugar hasta que un día HO-BLONG-HO y su equipo descendieron en una prospección por la que hemos llamado “la gran falla” y encontraron a una profundidad tremenda lo que hoy consideramos los únicos indicios de los seres de este planeta. Se encontraban en el interior de un artefacto que, a todas luces, les servía como medio de transporte. Desgraciadamente los restos de los dos seres que contenía el vehículo, (no se si llamarlo así, a causa de su construcción rudimentaria), se reducían a sus estructuras óseas y pese a que mostraban una clara diferencia de tamaño, su similitud en los demás aspectos era prácticamente total. (Anecdóticamente el ser de menor tamaño tenía un par menos de huesos repetitivos que el otro, formando una cierta cavidad en la mitad superior de su estructura. Los restos del artefacto, por otra parte, nos permitieron observar que se propulsaba por medio de un generador de movimiento que debía aprovechar las explosiones de alguna materia combustible mezclada con su atmósfera, por absurdo que esto parezca! Sobre esta última, es difícil saber de que se componía originalmente, al ser en la actualidad tal, la complejidad de los elementos presentes en ella. Posteriormente, el examen de su conducto de expulsión de residuos nos dio una idea bastante clara sobre las impurezas que emanaban de ese generador, sin ningún sistema de filtrado aparente. El vehículo también poseía un aparato que podía servir de ambientador sonoro, aunque desconocemos por ahora, la influencia que podía tener sobre el ambiente. Lo más probable es que operara gracias a la información contenida en unas cintas enrolladas en el interior de unos pequeños contenedores.
El examen minucioso de esas cintas nos ha aclarado que sus partículas metálicas adheridas a la propia cinta están magnetizadas y que probablemente dándoles un cierto orden podían reproducir sonidos. Esta idea va cobrando verisimilitud a medida que profundizamos en nuestro estudio. De hecho el dispositivo esta conectado por cables a unas membranas vibratorias. Entendemos que todo esto pueda parecer absurdo a nuestros amos y que su esfuerzo para la comprensión de todos estos datos es inmenso, tal es la regresión necesaria para posicionarse en el plano que permite entender el uso de unas técnicas tan arcaicas. No quiero alargar indebidamente esta descripción, pero estos descubrimientos están relacionados con las últimas pruebas efectuadas en un segundo dispositivo encontrado a bordo del vehículo, que era a todas luces un reproductor de imágenes compuesto por una pantalla de diseño prehistórico, (un tubo catódico de electrones) y un desencriptador de información de cintas similares a las ya descritas, pero de tamaño superior. El mayor problema a nuestro avance en los descubrimientos es la presencia de inmensos campos magnéticos presentes en la superficie de ERRA. Estos campos alteraron la disposición de las partículas de óxido. Nuestro miembro más cualificado en ese campo construyó una cámara neutra para poder, con la ayuda de visualizadores microscópicos, reponer las partículas en la última posición que ocuparon y así poder visionar el contenido de la cinta. Este ha sido por cierto, otro de los trabajos laboriosos que nuestros amos no hubieran podido llevar a cabo. La paciencia de lo orgánico es mas bien limitada.
En estos momentos todo el equipo esta a la espera de la llegada de OHMVOL-T-HI-HO, el encargado de esta investigación que puede por fin levantar el velo sobre todo este misterio.
Mi “compañero” ha debido percibir mi corriente residual al sentir la cercanía del momento de la verdad y acaba de llamarnos. Nos dirigimos a la cámara neutra donde OHMVOL-T-HI-HO ha instalado el conjunto de los instrumentos. Todo el equipo esta aquí, la energía apenas fluye por nuestros circuitos, tal es el estado de expectación que todos medimos.
En la pantalla empezamos a discernir puntos luminosos que se agrupan para formar signos. La tarea de OHMVOL-T-HI-HO no ha sido fácil y el resultado no es el que cabía esperar. Surgen mas grupos de caracteres, una gran afluencia de puntos dispersos y de pronto imágenes más concisas se forman en el rectángulo vítreo.
Un ser de los que ya conocemos por los restos óseos se mueve dentro de un vehículo parecido al encontrado por nosotros! En la parte superior de su cuerpo se amontonan una gran cantidad de filamentos amarillentos que caen suavemente hacia el lugar donde empiezan sus miembros superiores. El vehículo se mueve sobre una pista de color oscuro y cruza a vehículos similares que se mueven en sentido contrario.
La imagen ahora cambia y el vehículo se inmoviliza en un lugar bordeado por construcciones y ocupado por multitud de seres. El ser del vehículo penetra en un lugar y se dirige hacia una mesa, -(el lugar esta lleno de mesas y seres)-, en donde entra en contacto, por un orificio situado en la parte superior de su estructura, bajo los filamentos, con otro ser, que posee un orificio similar, y que es mas alto que el recién llegado y con filamentos cortos de color marrón. Otro ser de color diferente que visita las mesas, deposita en la suya dos soportes con diversos objetos que después de estudiados y cortados penetran por el orificio del contacto y desaparecen. Parece claro que estamos presenciando alguna forma primitiva de alimentación. Ahora encajan todas nuestras conjeturas sobre el conjunto doble de huesecillos en línea curva que poblaban una parte fija y otra móvil en la parte superior de la estructura de los seres encontrados en el vehículo. Los dos seres ahora parecen intercambiar algún mensaje a través de dos orificios que ambos poseen encima del antes citado. No!, no son orificios, en realidad parecen dos cavidades rellenas de materia cristalina. De común acuerdo se yerguen, salen del lugar y se dirigen al vehículo, se mueven por la pista, se paran, descienden del vehículo y se introducen en otro lugar, diferente del primero, más pequeño, las paredes llenas de signos y objetos circulares, cuadrados y rectangulares. La cámara los sigue por lugares estrechos que desembocan en una sala amplia con una superficie rectangular sobreelevada en relación con la superficie general. La temperatura en el lugar debe ser elevada y diferente del exterior porque ambos se desprenden con gran rapidez de sus vestimentas que distribuyen al azar sobre diversas protuberancias de la sala, -¡Gran mecánico!- ¡Si!, hay diferencias. El ser de los filamentos largos tiene la superficie frontal de su estructura abultada en dos puntos, en realidad, posee dos cúpulas cónicas cuyos vértices son de un color ligeramente más oscuro. El resto de su cuerpo no ofrece otros signos dignos de mención... Si, si, un oscurecimiento donde se juntan los miembros inferiores y el resto de la estructura. Sin embargo el otro hace gala, en ese mismo lugar, de un apéndice que no se apreciaba mientras estaba recubierto por sus vestimentas, y sin embargo algo así se debía notar. De pronto las teorías de los estudiosos de Amansa me volvieron a los circuitos analizadores, ¡La reproducción! ¡Estos dos seres van a reproducirse! El ser de los filamentos largos flexiona sus miembros inferiores en una hábil maniobra que reduce su talla de manera que la cavidad de los huesecillos queda a la altura del apéndice del otro ser.
La energía fluye por nuestros circuitos. Presentimos que vamos a presenciar la clave determinante de la raza extinguida, nuestros amos podrán estar orgullosos de nosotros. El destino que rige el cosmos no ha querido que toda traza de estos extraños seres desapareciera.

El ser erguido introduce lentamente el apéndice en el orificio, no ha debido encajar bien porque lo extrae y lo introduce de nuevo. La maniobra debe ser harto difícil pues necesita varios intentos y aparentemente un gran esfuerzo. Así parece demostrarlo el rictus del ser de filamentos cortos.
Ambos se afanan con movimientos rítmicos y persistentes en una tarea que debe ser crucial para su supervivencia. Finalmente rendidos por el esfuerzo ambos seres caen sobre la superficie sobreelevada que resulta ser flexible.
Que magnificencia! Algunos de nuestros relés se abren y cierran intermitentemente, ¡Nuestros amos sentirían una gran emoción!
Pese a su aparente poca evolución... ese orificio...¡que maravilla! Contacto de reconocimiento, alimentación , reproducción...
De pronto surgen en la pantalla algunos signos que deberemos analizar y que reproduzco aquí para satisfacer su curiosidad: NO SE PIERDA NUESTRA PROXIMA PRESENTACIÓN --- DEEP THROAT---...